Edgardo Cozarinsky cuenta en su Nuevo museo del chisme:
Dorothy Parker no había cumplido con la fecha de entrega de una
crónica para The New Yorker. Ross envía un mensajero a Long Island,
donde la legendaria "Algonquin wit" está pasando el verano. El chico
llama varias veces desde la verja del jardín sin obtener respuesta.
Finalmente, se abre una ventana del primer piso y aparece, desgreñada y
apenas cubierta por una sábana, la escritora. El mensajero se disculpa
por la intrusión e invoca la impaciencia del redactor en jefe ante el
atraso. La Parker grita, intraduciblemente: "Tell Mr. Ross I'm too
fucking busy. and viceversa!".
Fuente: oral, Richard Roud, Nueva York, 1982.
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 3 semanas.
1 comentario:
deliciosa anécdota de una mujer inteligente in extremis (la comparto en FB, je)
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