miércoles, 18 de mayo de 2005

Vallejianas

Uno de los invitados especiales que tuvo la recién clausurada Feria del Libro de Buenos Aires fue el escritor colombiano Fernando Vallejo, quien mediante un ameno e irreverente contrapunteo con el público dio a conocer los aspectos más representativos de su obra y de sus polémicas posiciones.

Por Diego Osorio Fernando Vallejo pasó por Buenos Aires. Estuvo en la Facultad de Filosofía y Letras y también en la Feria del Libro, donde se lo esperaba como a lo que, antes que nada, es: una de las figuras mayores de las letras latinoamericanas. Una vez que comenzaron las preguntas, los que no conocían su obra literaria, sus columnas, sus películas o el documental que protagoniza, rápidamente se sorprendieron por la espontaneidad, la originalidad y la gracia con que responde los interrogantes del público.
Las primeras preguntas estuvieron encaminadas a que Vallejo explicara el supuesto carácter autobiográfico de su obra. Al respecto, Vallejo respondió con cierta ironía, afirmando que el personaje de sus obras "llamado Fernando Vallejo también" es un Yo "creado" para contar los pensamientos y recuerdos de lo que ha sido su vida. En este sentido, y preocupado por cómo se hace una literatura de la conciencia, afirmó que "la tercera persona no es expresiva, se aleja de la realidad y en narraciones de este tipo poco se puede saber de lo que realmente piensan los personajes". El público, un tanto desconcertado por la acidez de las respuestas de Vallejo, rápidamente se percató de la particular filosofía de vida que tiene y que refleja públicamente en su obra.
Más allá de las cuestiones propiamente técnicas sobre sus libros, Vallejo, con tono tierno digno de buen abuelo y con la pintoresca soberbia que lo caracteriza, comenzó a hablar del tema que lo apasiona, que lo volvió escritor y que recorre la mayor parte de su obra, Colombia. La dejó hace mas de 30 años, pero afirma que la quiere a pesar de su locura y que no le hubiera gustado nacer en Suiza, pues según él, "que aburrición, no tendría nada de que escribir". Lo que Vallejo piensa de Colombia queda claro en cada uno de los latigazos de sus frases: "Entre colombiano y colombiano hay que dejar por lo bajito un kilómetro de separación o se matan. Son como las ratas de laboratorio que si se hacinan, primero copulan, después paren y finalmente se despedazan a dentelladas".
El público, cada vez más sorprendido pero a su vez regodeándose con el talante de las respuestas del colombiano, comenzó a interrogarlo sobre otros temas sobre los cuales Vallejo se ha pronunciado públicamente. Le preguntaron si es un hombre religioso. "No solo no soy religioso, sino que soy antirreligioso", respondió. Es uno de los temas que más lo apasionan y se explaya sobre la infamia de la Iglesia, el pontificado del "besapisos de Wojtyla", la impostura de Cristo y el desprecio que siente por quien nunca defendió a los animales como seres vivos igual que el hombre. "Los animales son mi lucha y prácticamente ellos son lo único que vale la pena en este mundo de desalmados", recordó quien, cuando ganó el premio Rómulo Gallegos de literatura por su obra El Desbarrancadero, donó el premio de 100 mil dólares a una perrera de Caracas. Después del dialogo con el publico, Vallejo se quedó firmando libros por más de dos horas en el stand de Alfaguara. Si el público estaba realmente al tanto de su literatura es algo difícil de saber, pero lo que es cierto es que, en la Feria del Libro, hasta las más políticamente incorrectas afirmaciones sirven para vender libros.

Buenos Aires (Seminario de Medios y crítica cultural), 18 de mayo de 2005

No hay comentarios.: