Para mí siempre fue "no hay que irritar al ciervo". Para Mabel Rosetti (pág. 40), y para la revista Panorama, también: "Tanto Tito como Ceausescu fueron cautos en sus declaraciones posteriores. 'No irritar al ciervo' parece haber sido la consigna".
Manifiestos
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Cien años después, leo que se retoma el Manifiesto de los intelectuales
antifascistas de 1925. Sería bueno que se recordara que la réplica de los
intele...
Hace 2 horas.
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