lunes, 28 de febrero de 2005

Comunidades imaginadas

El proceso de abyección y la vergüenza que entraña son estructuras que colectivizan, ya que inscriben en una misma categoría a los individuos marcados por un mismo estigma, y que a la vez individualizan, pues inducen a cada uno a detestarse, en sí mismo y en el otro que se le asemeja. La mirada exterior, la homofobia social, produce una identidad; la mirada propia, la homofobia interiorizada, produce una desidentificación. Esta vez ya no se trata de la solidaridad de los "monstruos" en el planeta Urano. Aquí cada reptil repta solo, aunque esté necesariamente ligado con los demás representantes de su especie, con los que participan del mismo sistema erótico que él. Así, los homosexuales constituyen una categoría, un grupo, y -digamos la palabra- una comunidad, pero son entidades que se deshacen a medida que se elaboran: una comunidad imposible.
Todo gay vive esta contradicción irresoluble. Y pero eso Sartre puede decir de Genet (como se podría decir de cualquier gay) que es y quiere ser "la unidad no sintética de sus contradicciones".

Didier Eribon. Una moral de lo minoritario. Variaciones sobre un tema de Jean Genet.
Barcelona, Anagrama, 2004. Pág. 314


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