martes, 8 de febrero de 2005

Nuestro santo patrono


San Sebastián enmascarado (Foto: Sebastián Freire)

El culto de San Sebastián es omnipresente en la cultura homosexual masculina (así como en la literatura psicoanalítica). Y cabría encontrar en este culto un magnífico ejemplo de la forma en que la apropiación de los temas culturales por los gays, la función que hacen desempeñar a las imágenes, está en conflicto abierto con el cifrado psicoanalítico. La erotización, en el curso de la historia, del cuerpo martirizado del santo, hasta el punto de que, a partir del Renacimiento, el suplicio desaparezca tras el erotismo. Es la transformación de una situación de sometimiento al orden dominante en un proceso de subjetivación elegido, es decir, la constitución de uno mismo como sujeto responsable de sus propias elecciones y de su propia vida, por medio de la erotización y la sexualización generalizada del cuerpo. Es el placer el que aniquila la opresión, es el cuerpo reivindicado que anula al cuerpo sometido al orden social y permite que emerja una nueva subjetivación.

Didier Eribon. Una moral de lo minoritario. Variaciones sobre un tema de Jean Genet.
Barcelona, Anagrama, 2004. Pág. 112-113

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