sábado, 26 de febrero de 2005

Senectud

El horror social que inspiran los homosexuales entrados en años, la forma siempre odiosa en que los caricaturizan, los ridiculizan (ya se trate de hombres o de mujeres, sobre todo cuando los primeros son afeminados o las segundas masculinas) es una de las constantes más palpables del odio homófobo, que nutre en especial a las bromas dudosas en la televisión o en otras partes (y que es tan poderoso que impregna hasta los discursos y los esquemas de percepción de los homosexuales jóvenes). No tiene nada de sorprendente que se lo encuentre en la pluma de los psicoanalistas, pero no por ello es menos repulsivo.

Didier Eribon. Una moral de lo minoritario. Variaciones sobre un tema de Jean Genet.
Barcelona, Anagrama, 2004. Pág. 250

No hay comentarios.: