miércoles, 23 de febrero de 2005

Todas las princesas esperan que las saquen a bailar

Would you get it on at the gym?

Yes, I'm always looking for someone checking me out.
21%
21%
Yes, but only if he made the 1st move.
49%
49%
Yes, but only if there was no one around.
26%
26%
No way. Get your eyes off my package.
2%
2%


No soy fanático de las compulsas; pero a veces, algo dicen. En una de esas encuestas que circulan por Internet los hombres reconocen que, en el gimnasio, aceptarían "proposiciones deshonestas" pero no las formularían. La eterna quinceañera: ¿nos sacan a bailar o "planchamos"?
El tópico adquiere una relativa importancia en estos días, porque S. ha decidido empezar a ir al gimnasio, gracias a los excedentes monetarios que sus sesiones fotográficas le han permitido acumular en estos meses y aconsejado firmemente por Marcos, nuestro vecino. Yo soy celoso. ¿Deberé acompañarlo, como una tía, para alejar de él a los indecentes que pretendan seducirlo?
S. insiste en que me haría bien (coincide en esto con Richard, mi médico, y con el sentido común), pero yo digo que para invertir tiempo en cosas del cuerpo, preferiría tirarme en una camilla como masa amorfa de carne molida y aceptar los servicios de un masajista o de un acupuntor.
S. contraataca y argumenta que de ese modo sería más divertido para él, una garantía de "adherencia" a las sesiones de autotortura. Además, argumenta que hay promociones especiales para dos personas.
Yo no sé qué hacer en este trance porque es cierto que, imaginando a S. en esos lugares de perdición y pecado que son los gimnasios, voy a echarme encima un sufrimiento inútil, pueril y sin fundamentos. Además: ¿salir a buscar gimnasios? ¿Recurrir al listado de Oliverio Coelho? ¿O quedarme en casa y aceptar después, ante los hechos consumados, la excusa "yo no hice nada, fue él"? ¿En qué razones habría de fundamentar la tranquilidad (estadísticamente insignificante) del "No way"? ¡Son todos iguales!

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