Ni la muerte del Papa podía opacar este placer: "Un juez ordenó a Ibarra cerrar el casino flotante. Lo denunció penalmente por abuso de autoridad. 'El convenio no solo ha «blanqueado» la escandalosa e irregular instalación del casino flotante, sino que también ha operado «legalizando» la maniobra de inversión de su rentabilidad por la que los operadores privados no sólo son aceptados sino que, además, ganan en la jurisdicción de la Ciudad de Buenos Aires lo que no ganan en un ningún país del orbe', afirmó el juez". (La Nación)
Wilcock, el precursor (Ricardo Strafacce)
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Este artículo publicado por Ricardo Strafacce en la revista Mancilla fue
una de las razones por las que me asomé a la obra de J. R. Wilcock. Creo
incluso...
Hace 1 día.
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