Cosas como ésta hacen que extrañe poco la pedagogía. ¡Cuánta exigencia! ¡Y qué difícil no caer en el ridículo!... Por suerte mis (ex)alumnos (aún los que no saben colocar un hipervínculo ni conseguirse una noviecita "pequeña y agradable, que gorjee como los pájaros") me ponen a la altura del Padre, de Hegel, y de las hijas de Hegel.
Wilcock, el precursor (Ricardo Strafacce)
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Este artículo publicado por Ricardo Strafacce en la revista Mancilla fue
una de las razones por las que me asomé a la obra de J. R. Wilcock. Creo
incluso...
Hace 2 días.
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