por Diego Bentivegna para Diariocrítico
De una entrevista de La Nación de hoy a M. K., multipremiado (dice la volanta) escritor argentino:
"Creo que el canon de clásicos ha hecho bastante justicia con la literatura argentina. Lo mismo si vamos al siglo XX: Borges, Arlt, Cortázar... me parece que es perfectamente adecuado el modo en que la centralidad del canon constituyó a sus figuras. Después, yendo un poco más a los bordes, si Bioy Casares o Sábato pueden estar en ese lugar o no son matices que se pueden discutir. Y de Borges hacia aquí hay muchos, desde luego, pero Juan José Saer es el primero que uno nombraría".
Si la noción de canon en un momento sirvió para replantear los modos en que se había construido eso que llamamos "literatura argentina", en la versión de M. K., que es una muestra lúcida de la versión dominante en la crítica académica, el canon aparece más bien como algo casi definitivamente cerrado (hoy están presionando Bioy y Sabato), como algo ya decidido en sus grandes líneas por las generaciones anteriores de críticos y que sólo puede ser reproducido en su centralidad y ampliado prudentemente en sus márgenes.
De hecho, el listado de grandes nombres que hace M. K. es coherente, aunque sea más restringido, con el que trabaja B. Sarlo en su poderosa compilación de textos críticos publicada en 2007 por Siglo XXI. Es la misma línea: la línea Borges, Arlt como contracara, Cortázar como momento altomodernista, y después la canonización de Saer. Es el "relato" de la crítica, para usar un término caro a Cris y, antes, a Nicolás Rosa.
Es lógico, pues, que la literatura, así construida, se haga marginal: resulta comprensible, también, que ese armado no quiera ser discutido por M. K: en él encuentra un lugar importante su propia producción literaria, que Beatriz rescata, junto con las de Pauls o Chejfec, en las apostillas finales de ese mismo libro, tal vez una de las intervenciones más sólidas en el ámbito no sólo de la crítica, sino de la política cultural, de esa década esfumada que es la de los 0 del 2000.
Es notable: son ellos dos, Pauls y Chejfec, los autores de la "generación anterior" que M. K. reconoce como parte de su zona de interés.
Es interesante pensar lo que ese canon transforma en ilegible.
De hecho, el listado de grandes nombres que hace M. K. es coherente, aunque sea más restringido, con el que trabaja B. Sarlo en su poderosa compilación de textos críticos publicada en 2007 por Siglo XXI. Es la misma línea: la línea Borges, Arlt como contracara, Cortázar como momento altomodernista, y después la canonización de Saer. Es el "relato" de la crítica, para usar un término caro a Cris y, antes, a Nicolás Rosa.
Es lógico, pues, que la literatura, así construida, se haga marginal: resulta comprensible, también, que ese armado no quiera ser discutido por M. K: en él encuentra un lugar importante su propia producción literaria, que Beatriz rescata, junto con las de Pauls o Chejfec, en las apostillas finales de ese mismo libro, tal vez una de las intervenciones más sólidas en el ámbito no sólo de la crítica, sino de la política cultural, de esa década esfumada que es la de los 0 del 2000.
Es notable: son ellos dos, Pauls y Chejfec, los autores de la "generación anterior" que M. K. reconoce como parte de su zona de interés.
Es interesante pensar lo que ese canon transforma en ilegible.
6 comentarios:
todo canon debería abrir la puerta del interés a lo que deja afuera.
muy interesante el texto rescatado, siempre es enriquecedor el material de este sitio.
saludos
jonessy
Ponele...
Mas la lluvia menuda y el viento del acto del 25 de mayo del 82 lo sucundunean con la irreversibilidad de la gloria.
(Aún cuando se pueda recelar ya sea radical, ya sea drástica, ya sea tajantemente de su uso de "mito", allí donde es legítimo advertir soberanía fundadora en otro sentido o status novus.)
"¿Qué son las naciones modernas sino poderosas ficciones de públicos letrados, convertidos a partir de los mismos
escritos en armónicas alianzas de amistad? La instrucción militar obligatoria para los varones y la lectura obligatoria de los clásicos
para jóvenes de ambos sexos caracterizan a la burguesía clásica, definen a aquella época de humanitarismo armado y erudito, hacia el que vuelven la mirada hoy conservadores de viejo y nuevo cuño, nostálgicos e inermes a la vez, y absolutamente incapaces de
llegar a una comprensión teórica del sentido de un canon de lectura…"
Bentivegna sos un grande, el mayor representante del nerd power: pura inteligencia y malicia. El mejor profesor que tuve en toda la carrera.
¿Está Monseñor refiriendose a tornados ilegibles like JPF?
O por sí o por no se renciende la candencia.
No sé lo que sea el nerd power. Sin embargo, "de esa década esfumada que es la de los 0 del 2000" es una frase encantadora.
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