sábado, 30 de noviembre de 2019

En obra

En obra

Por Daniel Link para Perfil

Vivimos en el mejor de los mundos posibles: el Sr. Macri ya no gobierna y el Sr. Fernández (en quien depositamos todas nuestras expectativas) todavía no se ha equivocado. Además ya es casi verano y podemos dedicarnos a los preparativos navideños (que son siempre más satisfactorios que la reunión, siempre opacada por rencores, cansancio y malos entendidos).
La semana pasada nos dedicamos a diagnosticar las luminarias del jardín de la casa de campo donde vamos a juntarnos. Hay que cambiar un par de “arturitos” (llamamos así a unos faroles bajos que se parecen bastante al famoso robot de La guerra de las galaxias), así que llamamos a un electricista. Nos fuimos a comprar los materiales que, como nos habían advertido nuestros amigos, están baratísimos. Es la mejor época para encarar refacciones.
Mientras avanza ese arreglo que escapa a nuestras competencias, nos dedicamos a armar un galponcito en un armarito que estaba en desuso para poder acumular ahí todas las herramientas que, justo es decirlo, tampoco usaremos demasiado.
El fin de semana que viene atacaremos las latas almacenadas en la pinturería, para ver qué sirve (tenemos que pintar un cuarto, un pasillo, y algunas paredes exteriores) y qué se puede tirar. Pero antes hay que sellar unas grietas ominosas. Para que no vuelvan, aplicaremos unas llaves de acero que sirvan de juntura.
Con suerte, el 10 de diciembre nos encontrará con la casa tan renovada como nuestras esperanzas: ¿nos llegarán el asfalto, el gas, el agua corriente?



jueves, 28 de noviembre de 2019

Preguntan si...

Enriqueta Muñiz, la otra investigadora y cronista fundamental detrás de Operación Masacre

Periodista, traductora y editora, Enriqueta Muñiz fue la compañera de Rodolfo Walsh en la investigación que derivó en "Operación masacre", obra que marcó un quiebre en la tradición literaria y en la historia argentina y, durante ese proceso, llevó un diario que su familia decidió publicar a más de 60 años del trabajo realizado para narrar los fusilamientos de José León Suárez.


por Emilia Racciatti para Telam

Con el título "Historia de una investigación. Operación masacre de Rodolfo Walsh: una revolución de periodismo (y amor)", el libro reproduce los manuscritos originales que Muñiz (Madrid, 1934-Buenos Aires, 2013) escribió en cuadernos de hojas cuadriculadas entre 1956 y 1957 mientras visitaban a los testigos, familiares de los sobrevivientes y recorrían las localidades de Florida, José León Suárez, Boulogne o Villa Ballester para reconstruir los hechos ocurridos la noche del 9 al 10 de junio de 1956.
El periodista Diego Igal conoció a Muñiz en 1993 cuando era estudiante y ella fue a dar una charla a Taller Escuela Agencia (TEA) en la materia Periodismo de investigación.
Más tarde quiso entrevistarla, le escribió un correo electrónico, fue hasta su departamento pero no logró encontrarla; en 2014 volvió a intentarlo y al llamar a la Academia Nacional de Periodismo, que ella había integrado, supo que había muerto.
Así empezó el vínculo con el hermano de Enriqueta y descubrió la existencia de esos cuadernos en los que están los diálogos, las descripciones y precisiones de días y horarios de esa investigación que su familia aceptó publicar.
"Las anotaciones de Walsh, la correspondencia, es todo un tesoro. Creo que es un rompecabezas al que sin duda le faltan muchas partes y cuya imagen completa no tenemos ni tendremos nunca", reflexiona Igal, en diálogo con Télam, sobre el libro publicado por Planeta en el que colaboró con la escritura de la introducción.
Sobre los textos en letra cursiva, perfectamente legible de Enriqueta, hay observaciones de Walsh que dan cuenta de la pasión, la ironía y el clima de esa investigación que para Igal es de "una intensidad que aún para cualquiera que esté afuera de ella resulta fuertísima. Los detalles, la intimidad, la relevancia y otros aspectos se insinúan o se pueden elucubrar a partir de estos documentos, pero la dimensión que tuvo quedó en ellos".
El escritor y ensayista Daniel Link, quien estudió y editó la obra periodística de Walsh, sostiene que en estos diarios "lo que se puede ver es el proceso de producción de un libro: la cantidad de personas involucradas, las idas y vueltas, los cambios de rumbo. O sea: permite devolverle a una obra (en este caso, ´Operación masacre´) una movilidad que la fijación en el canon tiende a neutralizar. El archivo permite mirar mejor lo que está vivo".
"El trabajo de Enriqueta con Walsh fue decisivo. Un poco por eso, Walsh le dedica el libro y dice, en los papeles que se publican ahora, que antes quema el libro que no dedicárselo. Eso es porque ningún libro y ninguna investigación son el producto de un ´genio´ individual, sino la feliz coincidencia de múltiples talentos", dice Link a Télam.
Después de la publicación de Operación Masacre, los caminos de Walsh y Muñiz se diferenciaron y ella realizó un recorrido profesional más cercano al periodismo cultural. Por ejemplo, trabajó en el equipo de comunicación del Festival Internacional de Mar del Plata donde conoció a Horacio Verbitsky, quien reconoce en esta publicación que le enseñó "cosas elementales del oficio".
Para Link, encargado del prólogo, "a diferencia de Walsh, Enriqueta permaneció ´no peronista´. Un poco por eso, no le gustaba pensar ese punto de inflexión que llevó a Walsh a lugares políticos que ella no compartía. Pero, al mismo tiempo, es evidente que este diario estaba destinado a ser publicado. Está escrito de corrido, limpiamente, como quien prepara un original a partir de anotaciones previas. Eso implica, claramente, un deseo de publicación. Haber guardado esos cuadernos, y todos los demás materiales, significa lo mismo".
En las casi 300 páginas que permiten al lector asomarse a una metodología de investigación, se pueden encontrar no solamente las notas de Muñiz sino también las cartas y poemas que le había escrito Walsh, los detalles de los caminos recorridos para publicar la obra y los posibles títulos con los que ensayaban: "Los fusilamientos de Suárez", "El Caso Livraga" o "Fusilados al amanecer". 







viernes, 22 de noviembre de 2019

¿Éramos tan jóvenes?




sábado, 16 de noviembre de 2019

Otra renuncia inducida

Por Daniel Link para Perfil

Evo Morales renunció. Debió haberlo hace mucho tiempo, cuando las condiciones lo favorecían, pero lo hizo ahora, por “sugerencia” de las Fuerzas Armadas y después de una auditoría vinculante que también le fue desfavorable.
Evo Morales renunció y sumió a todo el continente en un debate de profundas consecuencias: fraude o golpe.
Nosotres, que tenemos nuestra historia con renuncias forzadas, sabemos que más que la década del setenta, con las recurrentes celebraciones del Departamento de Estado norteamericano ante cada interrupción del orden democrático, el tiempo que vuelve es uno mucho más grave, el de la Década Infame.
El 6 de septiembre de 1930, un grupo cívico-militar encabezado por el general José Felix Uriburu y Agustín Pedro Justo (en posiciones inferiores también participaron el teniente coronel Álvaro Alsogaray y Juan Domingo Perón) derrocó a un Hipólito Yrigoyen enfermo de gripe y, desde hacía tiempo, víctima de una campaña destituyente impulsada por la Liga Patriótica y el diario Crítica. Después de la Constitución de 1853, fue el primero de varios intentos golpistas en conseguir su miserable objetivo.
Entonces, como ahora, se achacaba al presidente Yrigoyen la manipulación de los mecanismos constitucionales (en su caso, para obtener las mayorías parlamentarias de las que carecía). Acorralado, Hipólito Yrigoyen aceptó la “sugerencia” de las Fuerzas Armadas y escribió un texto que los analistas del discurso aprendimos a leer de la mano de Elvira Arnoux: “Ante los sucesos ocurridos, presento en absoluto la renuncia al cargo de presidente de la Nación Argentina”.
La cláusula “en absoluto” refuerzo una negación (equivale a “de ningún modo”) y no a una afirmación, con lo que el texto de Yrigoyen lleva implícito el forzamiento golpista del que surgió.
Evo Morales también fue forzado a renunciar. Después de la amputación viene la gangrena, pero por ahora sangramos por la herida.



jueves, 14 de noviembre de 2019

Sé de buena fuenta que Rey es la hija de....


Pero ya todo empieza mal. Mi hijo me mandó al 22, fila 6, todo por no sacar el 20, fila 5. ¿Puede ser?


sábado, 9 de noviembre de 2019

Errores y excesos

por Daniel Link para Perfil

El General Director de Carabineros de Chile, Mario Rozas, admitió que si la fuerza de choque que preside comete “errores”, éstos se encuentran “en un rango bastante aceptable”, teniendo en cuenta los 14 millones de procedimientos al año y, sobre todo, la brutal represión a las protestas que se han dado en los últimas tres semanas en las principales ciudades chilenas.
Al menos 20 muertos, más de 10.000 detenciones (que incluyen 500 adolescentes), 1500 heridos, sumados a denuncias de torturas y violencia sexual parecen extender el rango de lo aceptable mucho más allá de lo previsible.
Los videos en los que se ve a personas arrojadas desde furgones de carabineros a toda velocidad, de golpizas inmisericordes, el arresto de personas en vehículos particulares, en fin, formas de brutalidad que despertaron la alarma incluso de los organismos internacionales de derechos humanos han tenido una sola respuesta oficial: la convocatoria por parte del Presidente de Chile al Consejo de Seguridad Nacional (COSENA) para garantizar el orden público.
Mientras tanto, las Municipalidades han propuesto una consulta popular para diciembre, con vistas a modificar la Constitución chilena, que no garantiza el acceso equitativo a la salud, ni a la educación, ni... al agua, cuya explotación está en manos privadas desde la sanción del Código de Aguas en 1981, y que no pudo ser modificado por ninguno de los once proyectos legislativos presentados en los últimos años, bloqueados por los lobistas de las mineras y los consorcios agropecuarios.
En lugares como Antofagasta, el 70% de los derechos del agua pertenecen (a perpetuidad) a la gran minería transnacional, lo que hace que quienes habitan en las cuencas hídricas de Chile no tengan control del uso ni mucho menos derechos de agua. No es un “exceso aceptable”. Perpetuidad significa: hasta que el agua se acabe.
Chile arde. No hay cómo apagar el fuego. Que se vayan todes.


sábado, 2 de noviembre de 2019

Cambio de vida

por Daniel Link para Perfil

En mi familia ahora adoptamos números para designarnos: está el sector 48: mi mamá (lista completa del Frente de Todos), el sector 24 (mi marido y mi hijo: boleta presidencial para Alberto Fernández) y el sector 40 (mi hija, mi yerno y yo), que no votamos para ningún cargo a ninguna de las dos primeras listas.
Más allá de eso hay algarabía generalizada porque esto no daba para más y el lunes amanecimos con un sentido de normalidad que hacía meses que no disfrutábamos.
Como, de todos modos, no hay que ilusionarse demasiado porque el campo arrasado tardará en volver a dar sus frutos, parte del sector 40 se ha empeñado en obtener una ciudadanía europea por la que yo nunca tuve particular inclinación.
Me pusieron a revolver papeles viejos para localizar certificados de nacimiento, de defunción, de casamiento, fechas de ingreso a la Argentina, datos duros.
Tenemos linaje perfecto pero andamos un poco flojitos de papeles, así que algún gestor tendrá que encargarse de localizar lo que falta, no tanto para mí, que soy ciudadano honorario del mundo, sino para aquellos integrantes del sector 40 que no tienen ya más paciencia para regímenes experimentales como los que estuvimos condenados a padecer desde hace más de veinte años y por veinte más, casi con certeza.
Yo confieso que la rotatividad de las sedes de gobierno que se han propuesto tanto a nivel nacional como provincial (aprovechando la red de aeropuertos que el saliente gobierno dejó armada) me entusiasma bastante: es como no saber cuándo cantará el gallo ni dónde lo hará.
Volviendo a la desconfianza del sector 40, aparecieron las fotos de 1912 de la empresa de mi bisabuelo, Heinrich Link: una empresa familiar en un pueblo bávaro de la cual mi hijos no sabían nada. El letrero lo dice claramente: “Fabrik” y debajo: “Limonaden Heinrich Link”. Mis hijos preguntaron: “¿De qué era la fábrica?” Un poco de imaginación, que así no van a aceptarlos. ¿Qué otra cosa puede querer decir Limonade sino limonada? En plural, designa más genéricamente a cualquier refresco. De modo que mis antepasados fueron unos visionarios que habrían inventado la Coca-Cola, si hubieran estado en un país menos tendiente a los desórdenes bélicos, como era Alemania por entonces.
De 1971 es un documento que, creo entender, es una declaratoria de herederos. A mi papá y a su hermana les tocó en ese momento un doceavo de aquella empresa malograda, pero que había subsistido a los tumultos de la Bestia.
Yo no sé si el sector 40 de mi familia alcanzará a obtener la ciudadanía europea, pero estas historias les encantan porque trabajan para la megacorporación Disney y de Mickey a Coca-Cola hay apenas un paso.
Yo, por mi parte, tenía proyectado un cambio de vida, pero la macrisis arrasó con ese sueño inmobiliario. Tendré que esperar dos años y ver qué onda.