por Daniel Link para revista Ñ
A treinta años de la muerte de Copi, su figura no ha dejado de crecer con el tiempo. En Roma se presentó un volumen que analiza y celebra sus contribuciones a las artes gráficas, el teatro, la literatura; en Barcelona se dedicó una gran muestra retrospectiva a su obra gráfica en el Palacio de la Virreina; en Buenos Aires se estrena (¡47 años después de haber sido escrita!) Eva Perón en el Teatro Nacional Cervantes.
Sería imposible siquiera considerar las líneas fundamentales de la literatura contemporánea sin hacer referencia a la figura de Copi. Fogwill publicó una recopilación de textos periodísticos, que tiene entre otros méritos el de recordarnos cuán tempranamente había presentado a Copi a la sociedad cultural argentina, cuyos miembros más prominentes consideraron poco serio al recién llegado. Salvo César Aira, que le dedicó un seminario y una lectura incompleta pero decisiva para las nuevas generaciones de lectores.
(anticipo de La lógica de Copi)
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