Al maestro con cariño
por María Moreno para RadarLibros
En
La lectura: una vida… (Ampersand), Daniel Link enhebra las etapas del
lector con las del niño que aprende, el maestro que inicia, el profesor
que transmite, todas figuras de una experiencia múltiple en la que
primero se descubren los libros y luego se los dará a leer y se los
pondrá a circular. El texto que aquí se reproduce fue escrito
especialmente por María Moreno para la presentación de La lectura: una
vida… en la reciente Feria del Libro.
El autor de La lectura: una vida… no quiere separar en lo que llama una
vida, al profesor del maestro, al trabajador del escritor y al escritor
del lector; cuenta qué ha leído en lo que ha leído, bajo el legado de
lo que leyeron otros y, mientras, da de leer incluso lo que otros
leyeron en lo que leyeron. Eso es sostener el voto de la lectura como
reanimación de un texto, bajo el llamado del presente.
La lectura: una vida... se escribe con puntos suspensivos indicando
tal vez que la vida continua con la lectura o que la vida como lectura
establece una prórroga para la muerte, es tan basta la biblioteca del
mundo que siempre habrá que mantener con vida el cuerpo para sostener
esos puntos suspensivos: un libro más. Pero el lector nunca está solo
con el libro. Éste enseña que siempre hay entre los dos, una voz rectora
que impide leer de cualquier manera, pero que eso no es una restricción
sino un vector de posibilidades para la perfección de la aventura. La
de la señorita Celia, la de María Inés Fernández, la de Beatriz Sarlo,
la de Elvira Arnoux, la de Enrique Pezzoni son voces que llegamos a
alucinar.
(...)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario