Promesas incumplidas
por Horacio Verbitsky
En ese contexto, las cada vez más frecuentes erupciones de desdén presidencial hacia la prensa son antes un rasgo de provincianismo que un ataque a la libertad de expresión y ponen al gobierno frente a una contradicción que nadie puede resolver por él. Kirchner puede ironizar todo lo que quiera acerca de la concentración de la propiedad de los medios, pero nada ha hecho para restringirla, sino todo lo contrario, con la escandalosa prórroga por una década de las licencias de radio y televisión. También puede distinguir entre la libertad de prensa y la de empresa, entre los propietarios de medios y los periodistas. Pero eso será pura retórica mientras siga faltando a su palabra de impulsar la despenalización de los delitos de calumnias e injurias cometidos contra funcionarios, que no favorecería a los patrones sino a los trabajadores de prensa.
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