Para mí siempre fue "no hay que irritar al ciervo". Para Mabel Rosetti (pág. 40), y para la revista Panorama, también: "Tanto Tito como Ceausescu fueron cautos en sus declaraciones posteriores. 'No irritar al ciervo' parece haber sido la consigna".
Giuseppe Ungaretti, El puerto sepultado
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*El puerto sepultado*
Mariano, 29 de junio de 1916
Acá llega el poeta
y después vuelve a la luz con sus cantos
y los dispersa
De esta poesía
...
Hace 4 días.
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