sábado, 2 de febrero de 2008

El sur también existe

Cinefilia o Cinefobia

por Karina Barrozo (carta de lectores publicada en
Ñ, sábado 2 de febrero de 2008)


En el último número de
Ñ (26/01/08), asistimos a un increíble exabrupto o acaso un gesto de arrogancia casi fascista, disfrazado de inquietud por la estética y todo lo que rodea a la actividad del cinéfilo porteño. El crítico Jorge Carnevale escribió acerca de un proyecto de salas cinematográficas en el barrio de Constitución.
Bajo el título “Cine alternativo en zona de riesgo” y valiéndose de una impostada ingenuidad unida a la voz de su alterego, taxista con todo tipo de inquietudes dice, siempre en drástica oposición al proyecto, cosas como esta: “Es cierto que, desde el año pasado, en Constitución se han intentado algunas reformas. Se repavimentaron calles, se construyeron algunas plazoletas, se ensancharon veredas y se mudaron algunas líneas de colectivo para descongestionar el tránsito.
Ahora, reconvertir el lugar en espacio para cinéfilos, suena raro”. Dice esto y no se le mueve un pelo sino que agrega en referencia al proyecto Arte Cinema Sur y a una nota publicada en la sección espectáculos del mismo diario lo siguiente: “Quienes comandan el proyecto hablan de construir o recuperar salas en otros barrios como Chacarita, colegiales, o Mataderos. Argumentan que el cine experimental no puede remitirse sólo al Malba o a la Sala Lugones. De acuerdo, pero Constitución, caramba. Hay que sumar coraje a la cinefilia.” Y como si esto fuera poco remata con la siguiente sentencia: “La ciudad ya luce un clima bastante inquietante como para, encima, obligar a los cinéfilos a jugarse el pellejo en zona de riesgo con tal de acceder al filme anhelado” (El proyecto obliga a los cinéfilos a asistir a estas nuevas salas??)
Es simplemente inaceptable tal nivel de desprecio por una zona relegada de la ciudad que parece no tener derecho a modificar su condición, al menos para el Sr. Carnevale no califica para acceder a una sala cinematográfica especializada que paradójicamente se dedicaría a pasar cine alternativo. El cine alternativo o independiente o experimental o como quiera llamarse, muchas veces se ocupa de temas y de realidades justamente “alternativas”, tal vez muy parecidas a la de los vecinos o habitantes del barrio de Constitución. Seguramente habrá entre esas películas historias de personajes de barrios marginales, de travestis, de ladrones, de trabajadores que no llegan a fin de mes, de inmigrantes que llegan a la terminal de trenes de una gran ciudad, etc. Pero claro, una cosa es ver esa realidad en la pantalla desde la platea del Malba y otra muy distinta es convivir con ella.

Un cinéfilo de ley como el Sr. Carnevale no está dispuesto a correr los riesgos que trae consigo la integración, no importa si el proyecto ayudará al desarrollo de la zona sur y de su gente, y por las dudas lo aclara: “
Una cosa es el Arteplex en Diagonal y Corrientes, pleno centro, y otra muy distinta salir de ver un filme coreano minimalista y encontrarse en el Bronx.”

8 comentarios:

4cigarrasyunamantisreligiosa dijo...

Estoy harto desde hace un tiempo de los cinéfilos; pareciera que los tipos viven insertos en una pantalla y les resulta bastante difícil salir. En todo caso, este Carnevale, deja mucho que desear, más allá de mi tonto prejuicio. Si pudiera valorar un barrio tan hermoso como lo es Constitución (y no partiendo por lo marginal ni los paisajes cucortianos) y expandir las redes del cine, hacer circuitos más alternativos que los que ya se instalaron como mausoleos. Y bueno, si se quiere bienestar y seguridad en el cine...pero a seguro se lo llevaron preso y lo deben haber ultrajado más de un par de veces...

Saludos Daniel

Blopa dijo...

La perspectiva de Carnevale resulta siniestra desde varias perspectivas: su obvia afirmación facistoide de burgués asustado hacia afuera sobre los Otros; su desprecio hacia otra porción del espectro cinéfilo hacia adentro, y por extensión, a otra forma de ver/hacer cine que es siempre una forma de ser/hacer con los demás; y el traslado del discurso de la seguridad a este - y por lo tanto potencialmente a TODO - orden de la vida. Lo que resuena de fondo como un redoble de tambor de hojalata es el íntimo deseo del exterminio: aquello que me molesta, que desaparezca. Y como las cosas no desaparecen solas, alguien tendrá que hacerlo...En fin, que es un llamado a una aplicacion política particular y concreta, que es de hecho la que se está utilizando y se quiere seguir profundizando en este mismo momento. Ya se sabe de quienes hablamos. Cuidado con lo que empiezan quemando libros (o películas)...

Anónimo dijo...

Karina; sos grossa. Adhiero cada palabra de tu carta a ese pasquin infecto. Estos nadies son una escoria y tenerlos marcados, atenta la mirada, es la única manera que nos queda para que terminen de arruinar el pais.
Carnevale: sos un fascista anticuado y vergonzoso. Cómo alguien te da una pluma, no se puede creer.

girlontape dijo...

leí esa carta y las otras dos sobre el tema; gracias por postear linkillo; y que gane el discreto encanto de constitución...me encantaría tener más cine alternativo cerca

Pola dijo...

es que desde q jorgito asís anda desnudo (sin bigote, sin moñito) la comicidad de derecha está huérfana.

Anónimo dijo...

Pola, por Dios! Comparar a Carnevale con el delicioso Asis, aquel que le dijo a gerardo romano ¨trangresor módico¨ y nos divertía tanto en Hora Clave.....Momentos imborrables.

Carnevale juega en la liga del baby etchecopar, una fugazetta rellena, un misterio y milagro de Victor Sueyro, un muchacho con suerte, realmente. Clarin debería incorporar al simpatiquísimo y ever fresh Cipolatti, que tambien expresó en el programa de Tognetti su fastidio por vivir en San Cristobal porque estaba lleno de peruanos y que los peruanos tenian que vivir en Peru.
Cipolatti, te acordás? Un músico que una vez (solo una) a los 20 años nos hizo bailar con jabones flotadores, aludiendo a los judíos.
Un copado, hijo de comisario, re cool.

Anónimo dijo...

Carnevale tiene muchísima razón. Constitución es una zona de altísimo riesgo. Ahí vive mi depiladora, o sea que yo voy a su casa a depilarme y voy realmente con miedo; por más que use cera vegetal cada tirón me hace ver las estrellas, especialmente en los bigotes y en el cavado. Y después estoy no menos de dos o tres días sacándome cachos de cera fría que ella no eliminó porque encima se está quedando chicata la desgraciada. Suerte que después vuelvo a mi departamentito en Once y me siento segura y feliz otra vez. En vez de abrir tanto cine en lugares donde la gente no tiene inquietudes culturales, abran en el Once locales de depilación con cera vegetal, que son socialmente mucho más necesarios.

Anónimo dijo...

A mi que quieren que les diga, no me llevan a Contitución ni con mi shofer. Si hubiesen dejado a mi esposo ser Secretario de Cultura, otra que cine para negros, si igual no entienden. Una cosa es hacer películas SOBRE la gente humilde, sensilla, la que no tiene rasiosinio, pero las que las entendemos somos nosotros, los que vamos a Avasto o Vilash recoleta a apreciar la vista anelada.
Bien por Carnevale.
Y bien por la gente de Tres Arollos, que a decidido armarse para defenderse de los morochos.