Contaré, Maxi, contaré retrospectivamente. Por ahora sólo puedo decir que las autoridades mexicanas no vieron con buenos ojos las actividades a las que pretendía dedicarme para ganarme la tortilla nuestra de cada día y fui yo, esta vez, el que perseguido tuvo que salir a buscar un nuevo lugar donde echar a descansar sus huesos. Debimos volver, semiclandestinamente, a Buenos Aires. S. tuvo problemas en la aduana argentina, donde pretendieron acusarlo de contrabando de obras de arte (las suyas, en este caso).
Giuseppe Ungaretti, El puerto sepultado
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*El puerto sepultado*
Mariano, 29 de junio de 1916
Acá llega el poeta
y después vuelve a la luz con sus cantos
y los dispersa
De esta poesía
...
Hace 4 días.
1 comentario:
ah**si te acusan de tu propio artes es x vas bien
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