Sólo la miopía necia e insolente de nuestros suplementos y revistas puede explicar el tibio recibimiento que ha recibido el libro de Gabriela Bejerman, Presente perfecto. Muchos son los fragmentos que podrían citarse. Elijo éste, que me provoca particular envidia:
"En un jarrón de vidrio amarillo, donde continuaba resonando el agua, tulipanes balncos. Rebeca llevaba ese perfume por toda la casa, cumpliendo, a la vez, tareas simples. El plumero era un alegre conversador esta mañana; el mate, su mejor amigo, y los insectos que vivían en sus plantas, un barrio entero dispuesto a entretenerla con intraducibles conversaciones" (pág. 85)
Giuseppe Ungaretti, El puerto sepultado
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*El puerto sepultado*
Mariano, 29 de junio de 1916
Acá llega el poeta
y después vuelve a la luz con sus cantos
y los dispersa
De esta poesía
...
Hace 4 días.
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