por Harold Braswell
Es siempre preocupante cuando alguien dice algo que no tiene sentido, pero cuando se trata de un artista y lo que se describe es el estilo según el cual produce su obra, esta mera preocupación llega a ser realmente aterradora. Es el caso de Alfredo Prior (Buenos Aires, 1952), cuya obra se exhibe hasta el 14 de Mayo en la galeria Principium y quien, lamentablemente, ha elegido definir el estilo presente en sus obras como "pintura abstracta absolutamente figurativa".
¿Qué quiere decir "pintura abstracta absolutamente figurativa"? Para contestar esta pregunta (y para evaluar la obra de Prior), hay que examinar el grupo de pintores bajo cuya sombra Prior creció, la llamada "Nueva figuración": un grupo de pintores latinoamericanos que se rebelaron contra de la antigua separación entre el arte abstracto y el arte figurativo, jugando libremente con formas abstractas pero insertando figuras dentro de esta abstracción cuando querían.
La oposición de Prior a estos pintores yace justamente en su uso de la palabra "absolutamente". Porque la "Nueva figuración" se rebeló contra la separación entre arte abstracto y figurativo pero no contra la distinción entre la figuración y la abstracción en sí. Prior, en cambio, ataca esa distinción. Para Prior, la abstracción y la figuración no son conceptos opuestos. Son iguales y, en su obra, todo lo abstracto es figurativo y viceversa.
Una idea interesante, aparentemente novedosa. Pero, como parece filosóficamente imposible unir la abstracción con la figuración, habría que examinar la forma según la cual Prior intenta llevarla a cabo. Aunque Prior no ha publicado ningún manifiesto al respeto, se puede percibir lo que quiere decir en todas las pinturas de esta exhibición, que obedecen a los mismos principios formales.
Tomemos como ejemplo "El jardín de Hespérides". La abstracción del "Jardín" es evidente desde el principio. Es una pintura verde, marcada por varias manchas de pintura, pero sin ninguna figura que resalte. ¿De dónde viene, entonces, la figuración "absoluta"? En la obra de Prior, la figuración no viene de las imágenes en sí, sino de los títulos de sus cuadros. Todos los títulos de Prior son alusiones míticas que remiten a alguna imagen figurativa. La combinación de alusiones figurativas con imágenes abstractas es el fundamento de estas obras. En el caso de "El jardín de Hespérides", la idea es que mirando la tela abstracta (que, como el jardín, es verde), uno pueda "ver" las figuras del mito: por ejemplo (uno se imagina, porque Prior no especifica la escena), la imagen de Hércules engañando a Atlas para que aguante el peso del mundo.
El primer problema con una estética semejante es que todo depende del título. Aunque es cierto que uno puede ver algo parecido a la imagen de Atlas en la pintura de Prior, es también cierto que si uno mira lo suficiente, podría ver también la cabeza de Elvis o
¿Quizás la obra de Prior sea un intento de hacer que el espectador vea las conexiones entre las formas abstractas de la naturaleza y la figuración de mito? El problema es que esta oposición entre la naturaleza y el mito tampoco funciona bien, al menos en la obra de Prior. Si solo fuera por las imágenes en la tela, quizás las pinturas de Prior sí podrían tener algo de este poder natural. Pero no hay nada natural en títulos como "El regreso de los Argonautas" y, por más natural que quiera parecer, en toda la obra de Prior se nota demasiado la mano de su creador para que el espectador realmente entre en sus pinturas con un respiro natural.
El problema más grave, sin embargo, es que Prior, en su afán por combinar estilos, no presta atención al hecho de que las figuras míticas son también abstracciones de una especie y sólo tienen significado (por lo menos, hoy en día) si se relacionan de alguna manera con la realidad concreta y cotidiana. Por lo tanto, en vez de ser algo figurativo y abstracto, la obra de Prior es más bien una abstracción de una abstracción: es decir un sinsentido. Al menos para el espectador a quien las pinturas de Prior no suscitan sensación alguna (salvo la sensación de molestia que provca la compañía de alguien realmente pretensioso).
Buenos Aires (Seminario Medios y Crítica cultural), 20/4/05
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