domingo, 28 de abril de 2013

La tierra baldía

por Pedro Mairal para Perfil

Te fuiste a dormir en una república y te despertaste en otra cosa que todavía no sabés cómo se llama. El oficialismo tomó control del Poder Judicial. Se va a seguir llevando todo puesto como un monstruo enceguecido. Irá por la re-re y la eternización. Ya no puede caber ninguna duda de eso. No hay que ser ingenuos. No se puede llamar república a un régimen donde no hay división de poderes.
Cuando eras chico el vecino del séptimo a veces te invitaba a dormir en su casa los viernes. El sábado ya nos cansábamos los dos. El te hacía entrar en competencias, a ver quién tira el avión de papel más lejos, a ver quién emboca la pelota de tenis en el balde, a ver quién puede imitar mejor al Hombre Araña trepando descalzo por el pasillo con una pierna en cada pared. Ya sabías que cuando él iba perdiendo te cambiaba las reglas. En realidad, ganó mi avión porque voló más tiempo. La pelota no puede picar en el borde del balde y entrar. El Hombre Araña no se apoya así con las manos, además ensuciaste la pared y ahora cuando llegue mamá te va a pegar con el cinto. Mirá cómo tengo yo la espalda. El mundo había cambiado. Te habías despertado dentro de un régimen nuevo que todavía no sabías bien cómo se llamaba. Un lugar amenazante, lleno de reglas dudosas, fluctuantes, contradictorias. Eran los sábados más largos de tu vida.
Si el kirchnerismo se termina en 2015, igual dejará la tierra arrasada, las instituciones hechas polvo, las leyes dobladas a las patadas, la seguridad jurídica arrancada de cuajo, los datos prendidos fuego. Quedarán sus métodos patoteriles. Si el apriete es costumbre, ¿cómo se vuelve al trato igualitario? ¿Cómo se hace después para volver al disenso democrático cuando se usó el abuso del poder como única forma de argumentar? El régimen totalitario que están levantando no tolera una sola pregunta. La interrogación despierta la ira oficial, los marea y desorienta. Me quiero ir, contestó el ministro de Economía cuando le preguntaron sobre la inflación. No se pregunta. No se dialoga. No se contesta.

1 comentario:

Julia dijo...

Devastador.
Me gustaría estar equivocándome y que nada de esto que vemos sea verdad, como sostienen el oficialismo y sus seguidores.