Por Daniel Link para Perfil
En los vuelos transoceánicos, pongo
cualquier película hasta que me haga efecto la pastilla hipnótica
que tomo para poder dormir. Pero volviendo de Frankfurt, elegí
Searching (Buscando), un prodigio narrativo que me
juega una mala pasada. Aguanto hasta el final, con los progresivos
efectos del soporífero, y me prometo verla nuevamente cuando llegue
a mi casa. La versión integral es mucho mejor que la reducción
preparada para los aviones, a la que le faltan unos cuantos minutos.
Searching es la historia de la
búsqueda de una hija perdida o desaparecida. A diferencia de la saga
Taken, protagonizada por Liam Neeson, aquí nada es muscular
ni sensorial ni mafioso ni heroico, sino: inteligente.
El padre (desempeñado por John Cho) es
un hombre que trabaja con computadoras, desconcertado por la muerte
de su esposa. El punto de vista de la película es precisamente el de
su computadora (o el de la macbook de su hija), y todo lo que se ve
es lo que sucede en esas pantallas, en particular, claro: los
resultados en los buscadores.
Una vez aceptada la desaparición de la
hija, el padre contacta a la policía. No sabe nada de su vida social
y debe reconstruir su entorno y sus movimientos a través de las
redes de las que ella participa. Naturalmente, debe “hackear” las
cuentas previamente, mediante un sistema que incluye un solo abuso
narrativo: la cuenta de correo de su hija está asociada a la cuenta
de correo de la madre muerta, que él conoce. Sin ese dato (yo nunca
conocí las claves de las cuentas de mis hijos, pero los tiempos han
cambiado) la trama no se sostendría.
Todo sucede en cinco días frenéticos
de chateos, comparación de imágenes, tabulación de respuestas,
seguimientos en google maps, reconocimientos en cámaras de seguridad
y, sobre todo, noticias periodísticas.
La verdad, cuando se sabe, es terrible
y muy triste: no hay trata de mujeres, ni lavado de dinero, ni drogas
de por medio. Sólo la distancia establecida por la misma técnica
que la película usa como motor narrativo. El relato es prodigioso
sobre todo cuando muestra el parpadeo de un cursor, el borrado de un
mensaje a medio escribir, la vacilación antes de pasar de página
como un efecto de conciencia (sensibilidad e inteligencia). Una
conciencia y una identidad desgarradas por la técnica, que en
definitiva son las únicas a la que hoy podemos aspirar. Searching
muestra cómo hacer un
relato impecable en tiempos de enamoramiento de los dispositivos.
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