jueves, 14 de julio de 2005

La noche escribe

por Severo Sarduy*

*prólogo a Escrito con un nictógrafo de Arturo Carrera (Buenos Aires, Interzona, 2005).

0.- "La contradicción se revela como la matriz de base de toda significación". J. Kristeva.

I.- Al principio -à ceci près: que no hay principio- era el blanco: lenta espiral láctea, nudo de enanos nevados, hélice de semen. Franjas negras, playas carbonizadas lo rayaban, estratos de ónix. Al principio era la página: la veteaba la noche del tintero. Pocas letras: "Usa la tinta como si fuera de oro".

II.- Luego -pero todo es simultáneo-, su reverso quemado: superficie-rectángulo negro, cintas arrancadas. Negativas, las letras diurnas esplenden, las ausentes. Cubiertas de "arroz azul" -el semen, en chino-, las expulsadas nos miran.

III.- Ni negro sobre blanco, ni blanco sobre negro. No hay soporte. No hay figuras. Positivo y negativo, yin y yang, noche y día se evocan y sustentan. Los pintores de la dinastía Song y Franz Kline, de este otro lado, nos han dejado ver ese equilibrio. El ciruelo de invierno, la escarcha sobre las hojas, el puente quebradizo, las franjas sucesivas de la bruma y, más allá, en las quebraduras de un farallón, la cabaña de los mudos escrutadores del vacío, todo "forma cuerpo" con la frágil seda que se va desplegando, cascada sobre el muro. Las barras autoritarias, de asfalto, los signos negros, rápidos, gestos puros, escritos bailando, la traza nocturna -indescifrable teatro de sombras- dejada por Kline está en el mismo plano que el tejido blanco que parece soportarla.

IV.- Ni la afirmación (la figura, el motivo, la letra) de la negación (el soporte, la tela, la página), ni la negación de la afirmación, ni la afirmación de la afirmación, ni la negación de la negación...

V.- Escribiendo en lo oscuro, con su caja de hacer textos, infalible como las máquinas de Locus Solus, escribiendo en lo oscuro, iluminado sólo por la luz mortecina, cenicienta, de su Enana Blanca -la de pies de paloma-, Arturo Carrera nos muestra la galaxia negra, la que centra -cenit- el mediodía, su reverso: el día cegador de medianoche.

Severo Sarduy,
Saint Leonard,
1971.

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